Es una novela juvenil de Fran J. Marber y sabe captar muy bien la atención del lector desde el principio.
La trama comienza con la aparición de un cadáver y una serie de marcas que llevan al protagonista a convertirse en una ficha de El Juego de la Oca. El protagonista, desde el presente, hace un salto al pasado y nos traslada a ese juego que lo llevó a su desgracia actual.
Es un libro que está muy bien documentado, con espacios reales y cuenta con un argumento muy original. Es muy ágil de leer y sabe mantener el suspense. Eso sí, el final me ha resultado predecible.
Lo recomiendo para el público juvenil.
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