La chica de nieve es una novela de Javier Castillo y sobre la que han realizado una serie en Netflix. Antes de la serie, sabía quién era Javier Castillo pero nunca me había llamado la atención ninguna de sus novelas sobre la cordura, ni la demás.
La verdad es que la serie la vi en pocos días y me gustó mucho. Está bien hecha, la trama bien ambientada y los actores trabajan bien. Además, saben mantener la intriga y hasta el final no sabes cómo se produce el secuestro de la niña desaparecida ni los motivos que hacen que eso ocurra. Al final de la serie, hay una puerta abierta a una segunda temporada por la desaparición de otra joven.
Esta desaparición me causó curiosidad y decidí leer el segundo libro, El juego del alma, pero pensé que podría encontrar algunos cambios con respecto a la serie en la trama del primero y al final empecé a leer La chica de nieve.
La verdad es que hay diferencias entre la serie y el libro, como el espacio: la serie está ambientada en Málaga y empieza en la cabalgata de Reyes, mientras que todo el libro está ambientado en Nueva York y comienza en la cabalgata de Acción de Gracias. También hay varias americanadas dentro del libro y algunos pasajes de relleno.
En lo que respecta al personaje principal, Miren, le cambia el apellido por la ubicación pero mantiene el mismo carácter por las circunstancias que ha tenido que vivir. En el libro está más desarrollado y se narran, incluso, avances de la investigación de su caso.
Y por la trama, hay pocos cambios. El más relevante es el de la justificación del secuestro, ya que en la serie hay hasta un vínculo entre padres y secuestradores, y en el libro es al azar y recayendo sobre la figura masculina.
Hay bastantes símiles entre las dos piezas, aunque el final es un poco flojo en el libro.
En mi opinión y como algo que no suele ser frecuente, la serie está mejor planteada que el libro y engancha más.
