domingo, 1 de marzo de 2015

Oh capitán, mi capitán...

      He tenido el blog abandonado por unos meses, pero ya estoy aquí para comentar un buen puñadico de lecturas.

      La primera de ellas va a ser El club de los poetas muertos de N.H. Kleinbaum y que la mayoría de vosotros conoceréis por la película. En esta novela aparecen una serie de personajes masculinos jóvenes que asisten a un colegio de enseñanza privada  al que llega un nuevo profesor que les inculcará el espíritu romántico para luchar y perseguir sus sueños. Estas ideas contrastarán con las convenciones de la sociedad, reflejadas en la familia y el entorno de los adolescentes.

      Es innegable la astucia del autor para crear los personajes y poner rostros a los jóvenes que han ido actuando según su entorno social y lo que se espera de ellos. A partir de la llegada del profesor y de la movilización de los estudiantes, se irán desarrollando situaciones de incomprensión, pues cada personaje vivirá su propio conflicto y buscará las soluciones para salir de él.

      Por otro lado, es interesante atender a las consecuencias que tienen lugar por las distintas conductas, pues no son siempre positivas, y Kleinbaum no se deja llevar por los finales fáciles y felices. La libertad acarrea la incomprensión, y en ocasiones, puede desembocar en la impotencia y los finales más amargos.

     La novela es un canto a la libertad, a la necesidad de romper los moldes establecidos y a la lucha contra los condicionamientos que impone la sociedad.