El 17 de abril de 2014, la luz se apagó en Macondo. Los Aurelianos y Arcadios de las muchas generaciones salieron a preguntar qué estaba sucediendo. Algunos temían por el fin del mundo, otros por la maldición de que nacieran los niños con cola de cerdo, y otros por la posible presencia de un aluvión de sequía o de lluvia persistente. Úrsula, Remedios la Bella y Amaranta sintieron que la tierra se desmoronaba.
El 17 de abril de 2014, Fermina Daza y Florentino Ariza soñaron cómo hubiese sido su vida juntos. Qué habría pasado si el doctor Juvenal Urbino hubiese ignorado al loro y lo hubiese dejado marchar. Ambos recordaron el viaje por el río Magdalena y esos 53 años, 7 meses y 11 días de espera. Durante el sueño, Fermina y Florentino sintieron cómo un relámpago estallaba en el cielo.
El 17 de abril de 2014, Nena Daconte, Esteban (el ahogado más hermoso del mundo), la Bella Durmiente del avión y otros muchos, notaron un apagón en lo más profundo de su alma.
El 17 de abril de 2014 el coronel dejó de bajar a la oficina de correos porque sabía que esa carta con su pensión nunca llegaría.
El 17 de abril de 2014 el mago Melquíades decidió que la historia ya estaba contada y eliminó los pergaminos que narraban el desarrollo el mundo.
El 17 de abril de 2014 se cumplió la muerte anunciada que el mundo tanto temía, y hasta Santiago Nassar resucitó de su tumba para despedir al gran mago.
El 17 de abril de 2014 se apagó la luz de Gabriel García Márquez y en todos sus personajes se removió una nueva luz: la del agradecimiento hacia el creador, el gran mago del mundo.
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