Hacía años que no leía una novela tan bonita. Es una de esas novelas sobre una saga familiar al estilo de Cien años de Soledad y La casa de los Espíritus aunando las supersticiones y acontecimientos realistas de una familia a lo largo del tiempo.
La peculiaridad de esta novela es que se narra como un diario donde relaciona pasado y presente; y por supuesto, habría que añadirle el trasfondo histórico de Cuba.
Toda la novela está descrita con un lenguaje cargado de belleza y ensoñaciones hispanoamericanas que te enganchan y te envuelven para llevarte a otra época y otro mundo.
Estoy convencida que la autora, Ana Cabrera Vivanco algún día será reconocida por este espléndido trabajo
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